Sant Jordi: Lo que no sabías de este día

Quedan escasos días para Sant Jordi y Cataluña ya se prepara para celebrar este día como corresponde, con una bonita rosa y un libro en mano. Las calles se tiñen de primavera, cultura y mucho amor y no hay mejor momento para recordar los orígenes de esta curiosa leyenda que cuenta con cientos de versiones en diferentes rincones del mundo. El valiente guerrero que pone nombre a esta historia, es uno de los patrones más multiculturales de Europa y hoy, queremos contarte más sobre sus leyendas. Pero como hay más versiones de la leyenda que vídeos de “hazte rico en un día” en Youtube, en History & Legends Comedy Tours os vamos a contar la que consideramos la más históricamente veraz.

Érase una vez, la leyenda de Sant Jordi 

Seguro que nadie celebra Sant Jordi con más ganas que la princesa que protagoniza su leyenda. Esta historia nos habla de un pueblo desolado por un fiero dragón con un apetito incansable. Este atacaba rebaños y hogares a diario, y los habitantes vivían con un miedo constante a convertirse en merienda del temible dragón y la verdad, no podemos culparlos por ese estrés. Encontraron una solución curiosa y un tanto extrema, cada día sacrificaban a una persona del pueblo escogida totalmente al azar, para que el dragón se la comiera y así, calmar su apetito. 

Así consiguieron mantener la paz durante mucho tiempo y protegieron sus rebaños de las garras del dragón. Parece curioso que estuvieran más nerviosos por sus ovejas, que por el hecho de ser el siguiente escogido como comida para el dragón, pero tampoco estamos aquí para juzgar su historia. El problema surgió cuando un buen día, cuando tocaba escoger quién sería devorado, la princesa del pueblo salió como escogida. 

El día que le tocó a la princesa…

Seguro que a más de un aldeano, que ya había sacrificado a media familia a manos del dragón, tampoco le parecía ningún drama que le tocará a la princesa. Sin embargo, esto consternó a todo el pueblo y se plantearon cambiar el sistema para poder salvarla. Mucha gente se presentó voluntaria para ocupar el lugar de la hija del rey, pero este quiso respetar el resultado obtenido y envió a matar a su princesa muy a su pesar. Aunque vale la pena destacar que los políticos de la época no eran hipócritas. Qué decir de los de ahora. ¿Crees que Pedro Sánchez, Joe Biden o Vladimir Putin entregarían a su hija voluntariamente como captiva de un dragón? ¡Si para empezar no les dejan siquiera ir en transporte público!

La princesa aceptó su destino y se dirigió hacia la guarida del Dragón, pero justo al llegar, apareció un caballero con armadura sobre un caballo blanco (el Mercedes Clase A de la época) y le aseguró que ella no moriría en manos del dragón. Seguro que estaba más que contenta de escucharlo y se agarró a un clavo ardiendo, aún sin saber si realmente el guerrero podría contra la temible bestia. 

El caballero embistió contra el animal y le clavó su lanza, salvando a la princesa de su temible destino. Como en todo buen cuento con valores heteropatriarcales, la princesa se dejó salvar y esperó a que el caballero acabará con el dragón como simple espectadora al borde del desmayo. Sólo le faltaba presentarse con una Thermomix justo después de dar muerte al dragón. 

¿Y qué pinta la rosa en toda esta historia? 

Si algo destaca en el Día de Sant Jordi, es la rosa como símbolo de la historia. Se dice que el dragón quedó malherido y la sangre empezó a manar de la herida, cayendo sobre la tierra y tiñéndose de rojo. La leyenda cuenta que de esa sangre, salieron rosales que dieron rosas rojas de un color carmín intenso, envolviendo el cuerpo del dragón ya derrotado. 

El caballero, que no perdía oportunidad, haciendo gala de una oferta 2×1 al más puro estilo medieval pensó: ¿Y si aparte de recibir un jugoso premio por salvar a la princesa,  me declaro con una de las rosas y cierro el chiringuito? Dicho y hecho. Sin duda, sonaba a buen plan y la herencia era más que jugosa, pero Sant Jordi tenía otros planes y es que tenía más pueblos que salvar en la agenda. Así finalizaba una de las leyendas más contadas en toda Europa. 

¿Dónde se celebra Sant Jordi? 

Hay cientos de variaciones de la leyenda de Sant Jordi y es que este guerrero y cazador de dragones cuenta con fama en muchos países de Europa. Este sonado día en Cataluña, también se celebra en Bulgaria, Portugal, Rumanía, Hungría y Eslovaquia, entre muchos otros rincones. 

Seguro que si escuchamos sus leyendas, la historia se modifica, pero en todas ellas se habla de Sant Jordi, el valiente cazador de dragones. Hay quien se anima a afirmar que esta historia ha sido el origen de gran parte de las historias de dragones y caballerías que se conocen en occidente a día de hoy. 

¿Existió realmente Sant Jordi? 

Si esta historia se conoce en tantos lugares ¿De dónde es originario el mítico guerrero? Parece que ni los historiadores tienen claro su origen. Sin embargo, sí que hay teorías de que realmente existió Sant Jordi y fue un soldado del ejército romano. Su vida y leyenda, también se liga estrechamente con el cristianismo y es que hay posibilidades de que fuera un soldado al que finalmente ejecutaron por no querer renunciar a su fe cristiana. 

Después, se mitificó su historia y llegaron los dragones a la leyenda, convirtiéndose en todo un símbolo de valentía y lucha. Su historia de orígen, sus hazañas y muerte, se cuentan diferente en los países que lo celebran, pero si algo está claro es que Sant Jordi se ha convertido en todo un símbolo multicultural que perdura al paso del tiempo. 

¿Solo leyenda o también tradición? 

Hay miles de historias, representaciones y obras artísticas que cuentan la historia de Sant Jordi. En los países que se celebra, se vive como una tradición arraigada a sus raíces. No exageramos al decir que Cataluña dedica toda la jornada a celebrar el día como se merece y las rosas nunca faltan como símbolo de amor, cariño y tradición. 

Se ha convertido en un distintivo cultural del lugar, y la leyenda, se cuenta de generación en generación, siendo uno de los cuentos más populares en Europa. Como toda leyenda, nunca sabremos del todo la realidad de la historia y si el dragón murió decapitado por Sant Jordi, de viejito en su cueva o fruto de un atracón de princesas. Lo que sí podemos afirmar con rotundidad, es que seguro que no murió de una inflamación de garganta.

Para acabar de celebrar este día como se merece, salimos a las calles de Barcelona para comentar con su gente la leyenda de Sant Jordi con un toque de humor ¿Queréis ver los resultados? Haz clic aquí para ir a nuestras redes sociales, allí te mostramos algunos de los momentos más TOP del día.

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