Origen de la jubilación

La jubilación, un concepto arraigado en la cultura moderna, tiene sus raíces muchos años atrás, concretamente en la antigua Roma. Con el paso de los años, la idea de retirarse y disfrutar de un descanso después de haber trabajado durante años, ha ido evolucionando, pero el origen de la jubilación se remonta a los romanos, sus ejércitos y tropas. ¿Quieres saber más? En H&L Comedy Tours venimos a contarte toda la historia. Aunque no te preocupes que síntesis es nuestro segundo apellido, que ya sabes que los eventos históricos no tienen prisa, ¡siempre van a su propio ritmo y sin preocuparse por el reloj!

El origen de la jubilación y los romanos

Los romanos establecieron el que hoy se conoce como el primer sistema formal de jubilación. Los soldados veteranos que ya habían servido al ejército durante sus años de juventud, pasaban a recibir una pensión después de cumplir con los años de servicio militar. Esto les daba una oportunidad de descansar y poder disfrutar de una vida mucho más tranquila. La oportunidad de pasar un último tramo de vida “romano y romántico”. Seguro que ellos, notaban el cambio y es que su trabajo en el servicio militar era exigente y peligroso a partes iguales. Entre marchas, entrenamiento y batallas, ¡no necesitaban ir al gimnasio! ¡El ejército romano era su propio «Crossfit» o en latín: “»Crucis Confictus»!

Cuando se instauró este sistema, fue un cambio pionero en la sociedad. Pocos sabían que se acabaría convirtiendo en las bases del posterior desarrollo de los sistemas de jubilación actuales. Seguro que si nos ponemos a comparar cada sistema actual con el origen de jubilación, no faltarán diferencias, pero el concepto por el que surgieron, sigue siendo el mismo. 

Para ellos, era una muestra de respeto y recompensa para todos aquellos valientes que habían contribuido a la sociedad. Por ello, cuando pasaban los años obligatorios de servicio, podían disfrutar de libertad y descanso. En la actualidad, la jubilación se entiende como una etapa de vital importancia en la vida de las personas, el momento de descansar y aprovechar todo lo que se ha trabajado durante los años de juventud, madurez y vejez. (descartando Francia). ¿Sabes cuál es el primer proyecto de un jubilado? ¡Dejar de lado el despertador y convertirse en su propio jefe del tiempo!

 ¿Cómo se jubilaban en la época romana? 

El sistema de jubilaciones no ha parado de cambiar desde sus inicios y cada país, lo ha adaptado a su situación, leyes y realidad. Los romanos tampoco dieron con el concepto en un solo disparo, fueron adaptando sus leyes con los años hasta dar con las bases de lo que hoy entendemos como jubilación. 

Antes de existir una pensión por ‘jubilación’, los romanos crearon leyes para proteger a los mayores, entre ellas se encontraba la Ley de la cigüeña (nada que ver con entregar bebés por la ventana). Esta ley obligaba a los hijos a cuidar de sus ascendientes mayores, protegiéndolos y proveyéndolos de los alimentos que necesitaban.

Años más tarde, el ejército romano concedía a los soldados que habían servido durante más de 25 años una compensación por sus servicios. La compensación era de una parcela de terreno y el equivalente en dinero a 12 años de paga de la época. En ese momento, la jubilación o la compensación, al llegar a una edad, se reservaba para los soldados alistados al ejército, no para toda la población. 

¿Quién era soldado en la época romana? 

Puede que a muchos les cueste imaginarse la situación a día de hoy, pero en la época romana, los soldados se alistaban voluntariamente a los 20 años. Su entrenamiento no tenía nada que envidiarle al CrossFit. Pasaban 4 meses de dura instrucción para poder unirse al ejército y desde ese momento, pasaban 25 años en activo. Era un trabajo duro, exigente y que requería de un gran físico para poder soportar el ritmo. Además, en épocas de necesidad, pasaba a ser un servicio obligatorio, incluso se podía bajar la edad de reclutamiento para aumentar el número de soldados. 

Si conseguían cumplir con su labor y llegaban a la edad de retirarse, contaban con la retribución para poder disfrutar de los años de retiro con mayor tranquilidad. Esos se asentaban en ciudades o núcleos de población estable para poder descansar y vivir disfrutando de lo conseguido en el momento de jubilación. Una de las ciudades preferidas para jubilarse era la propia Barcino o Barcelona romana. ¡No ha cambiado nada en dos mil años!

Origen de la jubilación en la época romana

La edad de jubilación y la esperanza de vida en la época romana. 

Los ciudadanos se alistaban a los 20 años y servían durante 25 años más en el ejército, así que la jubilación les llegaba a los 45 años. Parece una edad prematura para retirarse de la vida en activo, pero una gran cantidad de soldados morían antes de llegar a esa edad. La esperanza de vida de la época y la peligrosidad de su trabajo en el ejército, se cobraba muchas vidas antes de tiempo. En esa época, ¡la vida era tan corta que cada día era «carpe diem» ¡había que aprovecharlo al máximo!

El sistema causó tensiones en la economía de la época y es que aun con la corta esperanza de vida, hubo momentos en los que el ejército tuvo problemas para poder pagar todas las retribuciones a los soldados que llegaban a la edad de reclamarla. Resulta irónico que miles de años después, aún haya dolores de cabeza con los sistemas de pensiones, los gobiernos y la economía, en este caso, la historia no ha servido de ejemplo. El sistema de pensiones, tal y como está pensando, es lo más parecido a deshojar una margarita cuando estás enamorado, ¡me toca, no me toca, me toca, no me toca!

¿Conocías el origen de la jubilación? Apuesta por el turismo histórico y entérate de todas las curiosidades con los tours de H&L Comedy Tours. Una apuesta innovadora para conocer los secretos de la historia con un toque cómico, para que tengas una sonrisa asegurada durante toda tu visita. Porque nuestro lema es que el humor y la historia no tienen por qué estar reñidos. ¿Sabes cuál es la diferencia entre una visita guiada y un ejército romano? En una visita guiada, sabes que si sigues al guía y escuchas sus explicaciones todo irá bien. En un ejército romano, si seguías al guía, y no escuchabas sus órdenes, ¡podías echarte a temblar!

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