Corrupción, politiqueo, tramas ocultas, comisiones ilegales, sobres por debajo de la mesa… No, no estamos hablando de ningún caso de actualidad, sino del glorioso y decadente Imperio Romano, que ya entonces tenía más tramas internas que una serie de Netflix.
Porque si hoy tenemos titulares con nombres de operaciones judiciales que parecen títulos de películas —“Kitchen”, “Tándem”, “Mordida Ibérica”—, los romanos no se quedaban atrás: el Senado era una mezcla entre debate parlamentario, mercado persa… y cafetería del foro a las 3 de la mañana.
¿Listos para un viaje en el tiempo que demuestra que la historia no solo se repite, sino que a veces parece reírse de nosotros?

Senadores, sobornos y SPQR… que bien podría significar “Sí, Pero Quién Roba”
En teoría, el Senado romano era el corazón del gobierno de Roma: sabios patriarcas que velaban por el pueblo. En la práctica, muchos de esos venerables senadores financiaban campañas, fiestas y orgías privadas a base de “donaciones” del pueblo.
¿Os suena? Porque si esto no es una trama de financiación irregular, que venga Julio César y lo vea.
Los sobornos eran parte del sistema: se ofrecían a cambio de favores, contratos públicos, decisiones judiciales y hasta para ascender en la carrera política (el cursus honorum, en latín… o cursillo exprés de corruptología, según se mire).
Nerón, el emperador influencer (del chantaje)
El emperador Nerón, uno de los más extravagantes de la historia, no solo tocaba la lira mientras ardía Roma: también pagaba votos como si fueran followers. Literalmente compraba apoyos en el Senado y organizaba juegos y espectáculos populistas para mantener a las masas contentas mientras vaciaba las arcas públicas.
Nerón fue pionero del populismo: pan, circo… ¡y transferencia bancaria!
¿Y si alguien se le oponía? Fácil: exilio, ejecución o una acusación falsa. Algo así como el lawfare versión romana, pero sin Twitter.

Fraudes fiscales con estilo imperial
¿Creías que el fraude fiscal era invento moderno? Los ricos romanos evadían impuestos mediante estructuras complejas, propiedades ficticias o directamente sobornando a los recaudadores.
Y si alguien intentaba cambiar el sistema… bueno, o acababa desterrado o misteriosamente apuñalado 23 veces por sus compañeros de curro. ¿Verdad, César?
«Et tu, Brute?» sería hoy: “¿También tú, compañero?”
Corrupción made in Roma
No había partidos políticos como hoy, pero sí grupos de poder, facciones rivales y senadores con agendas ocultas.
Por ejemplo:
- Financiaciones turbias: revisad los archivos del año 63 a.C. y veréis cómo Catilina ya organizaba conspiraciones financiadas por prestamistas.
- Compra de cargos: en Roma, si querías ser cónsul, necesitabas carisma… y un saco de sestercios.
- Escándalos personales: entre Calígula nombrando cónsul a su caballo y los líos de cama palaciegos, no sabías si estabas en el foro o en un programa de corazón.

Moraleja: nada nuevo bajo el sol… excepto nuestros tours
La historia demuestra que los escándalos políticos no son cosa de hoy. La diferencia es que ahora los leemos en el BOE… y antes los tallaban en mármol.
Pero si algo nos queda claro es que:
La política romana y la actual comparten más de lo que nos gustaría. Lo único que ha cambiado son los peinados.
¿Quieres más historias como esta? Vente con nosotros
En Histary Tours te llevamos por los lugares donde la historia se escribió… y donde se reescribió con tinta corrupta. Ya sea en Barcelona, Valencia, Londres o allá donde haya un mármol con secretos, te lo contamos con datos, risas y referencias que harían sonrojar a un cónsul.
Descubre nuestros tours escolares, familiares y temáticos en https://histary.es
Y si eres profe, coordinador o simplemente un amante de la historia con humor:
Reserva ya tu actividad en https://hlcomedytours.com